domingo, 22 de diciembre de 2013

Desierto en el Embalse de Rosarito




El 21 de agosto del 2012 mi padre y yo fuimos al Embalse de Rosarito. Llegamos a las 8:00 y como siempre, aparcamos el coche junto al muro y continuamos andando detrás de éste. El embalse estaba prácticamente seco. Lo que hace unas semanas era el lecho de un embalse, ahora era un desierto arenoso.
Desde el muro era imposible ver aves porque se concentraban en las zonas de agua que quedaban, que estaban en el centro del embalse.
Así que mi padre y yo pasamos al lecho del embalse a través de un hueco que había en el muro. Nada más salir del muro llegamos a lo que fue un cabo con pinos y basura desde el que vimos un reducido grupo de cigüeñuelas, decenas de chorlitejos chicos y gaviotas reidoras y algunos somormujos lavancos, ánades reales y garzas reales. Y como no, paseriformes como cogujadas, cornejas, rabilargos o herrerillos.
Continuamos andando por las interminables orillas arenosas hasta llegar al siguiente cabo. Desde allí vimos orillas fangosas y pedregosas con enormes grupos de limícolas mixtos en los que había  chorlitejos chicos y patinegros, gaviotas reidoras, gaviotas patiamarillas y andarríos chicos y grandes. Además de grupos de cormoranes, ánades reales, garcetas y garzas descansando en la orilla bajo la atenta vigilancia de un milano negro.
Le dije a mi padre que nos internásemos en el lecho seco del embalse porque veía una charca entre las arenas en las que podría haber aves. Pero mi padre me dijo que allí no había ninguna charca. Era cierto, no había una charca, era un espejismo.

 

Volviendo al coche vimos casi todo lo que habíamos visto antes. Me llamo mucho la atención el elevado número de chorlitejos que había. Ya en el coche, vimos volar sobre nosotros un aguilucho cenizo hembra que finalizó nuestra visita al embalse de Rosarito. Saludos.
      

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